En conclusión, el cambio para que los clientes firmen sus pedidos es pequeño pero impactante para las empresas. Transforma el proceso transaccional en uno más colaborativo y seguro que beneficia tanto a las empresas como a los clientes. Al adoptar este cambio, las empresas pueden mejorar la satisfacción del cliente, mejorar la eficiencia operativa y mitigar los posibles riesgos legales.